Si te cuesta recordar dónde has puesto las cosas, atender a las conversaciones o terminar los proyectos que empiezas, formas parte de las personas distraídas. Los siguientes recomendaciones pueden ayudarte.
Para las personas distraídas, el día a día puede ser caótico. Pierden las llaves constantemente, olvidan citas importantes, no logran atender cuando hablan con otros, se les dificulta centrarse en terminar un proyecto… Esto puede afectar a su productividad, a sus relaciones y a su paz mental. Por ello, es importante conocer algunas claves para contrarrestar esta tendencia.
La distracción puede ser solo un rasgo más de la personalidad, pero también puede presentarse como síntoma de un trastorno por déficit de atención e hiperactividad. En cualquier caso, “vivir en las nubes” nos hace perdernos momentos valiosos y pasar por alto información importante de lo que ocurre alrededor. Por ello, contar con herramientas que nos ayuden a centrarnos puede ser realmente útil.
Recomendaciones para personas distraídas
Si te gustaría mejorar en este aspecto, estar más centrado y tener una vida más organizada, estas son algunas claves que puedes implementar.
1. Frena tu mente acelerada
Normalmente, las personas distraídas tienen una mente muy activa. Su pensamiento tiende a volar del presente, saltando de un tema a otro en décimas de segundo. Su cabeza es un hervidero de ideas, pero esta velocidad impide atender a algún asunto concreto durante el tiempo necesario.
A este respecto, practicar técnicas de respiración es una excelente alternativa. Estas nos ayudan a reducir la activación física y mental y, por ende, a estar más relajados y receptivos a lo que ocurre alrededor. Practicarlas con regularidad marcará la diferencia, pero también pueden ponerse en práctica en momentos concretos en los que necesitemos “bajar las revoluciones”.
2. Vuelve al aquí y ahora
Al hilo de lo anterior, también es común que una persona despistada lo sea porque tiende a vivir excesivamente en su mundo interno. Este puede ser muy rico, ya que suele tratarse de individuos creativos, soñadores e introspectivos; sin embargo, la falta de contacto con la realidad pasa factura.
El mindfulness puede ser muy positivo. Nos ayuda a conectar con el presente, con el entorno y las sensaciones corporales. Nos trae de vuelta al ahora y, al involucrarnos completamente con ello, somos más capaces de atender y recordar.
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3. Sírvete de los hábitos
Los hábitos pueden convertirse en grandes aliados para ayudarte a ser más organizado, al tiempo que reducen el desgaste cognitivo. Si te acostumbras a repetir una acción en un mismo momento del día, la propia inercia generada con la repetición te ayudará a no olvidarte de esa tarea.
Por ejemplo, si siempre colocas las llaves en cuenco en la entrada, terminarás haciéndolo de forma automática y siempre sabrás donde están. Igualmente, si deseas consumir más agua, pero siempre se te olvida, asócialo con otras acciones de tu rutina: por ejemplo, bebe un vaso antes de cada comida. La automatización del hábito te ayudará a no tener que recordarlo cada vez.
4. Planifica y organiza tu tiempo
Para las personas distraídas recurrir a elementos como horarios y agendas puede ser de gran ayuda. Anotar por escrito las tareas pendientes ayuda a consolidarlas en la memoria; además, poder observar de forma gráfica qué hay por hacer en el día es una buena forma de tenerlo presente.
Al inicio de cada jornada, dedica unos minutos a repasar cómo será tu día, qué actividades tienes que atender y cómo vas a organizarte para cumplirlas. Tener esta perspectiva general desde primera hora puede marcar la diferencia.
5. Aprende a priorizar
Si eres una persona desorganizada y distraída, es probable que sientas que constantemente tienes mil tareas pendientes. No encuentras el momento de iniciarlas o las dejas a medias, por lo mismo tu carga mental es cada vez mayor. Tal vez tener tantos frentes abiertos sea lo que te paraliza y no te permite abordar ninguno de ellos. Así, aprender a priorizar puede ser la clave.
La estrategia a seguir es la siguiente: escribe en una lista todas tus obligaciones y tareas de las que has de ocuparte. A continuación, asígnales un orden de prioridad (puedes hacerlo mediante números o con los colores del semáforo). Las más urgentes tendrán puntuaciones más altas y serán de las que deberás ocuparte sí o sí, antes de comenzar con otras, aunque sean las menos atractivas.
Al ir finalizando tareas y tachándolas de tu lista, sentirás una agradable sensación de satisfacción y recompensa. Y esto te motivará a continuar con las siguientes.
6. Toma en cuenta tu ritmo circadiano
Muchas veces se recomienda que las personas distraídas atiendan a aquellas tareas que más les cuestan durante las primeras horas de la mañana. Esto con el objetivo de aprovechar los momentos de mayor lucidez y energía. Sin embargo, no para todos esto sucede a esa hora. Las personas vespertinas se sienten más activas, centradas y productivas al anochecer.
Así, conocer tu cronotipo puede servirte para determinar el momento del día en que eres más productivo y centrado, y utilizarlo para esas tareas más agobiantes, aburridas o poco apetecibles.
7. Mastica chicle para mejorar tu atención
Por último, existe evidencia de que masticar chicle puede ayudar a mejorar el rendimiento cognitivo. Al hacerlo, se potencia la atención (especialmente la sostenida), mejora el estado de ánimo, se alivia el estrés, se reduce la somnolencia y se facilita el aprendizaje. Por tanto, puede ser una estrategia eficaz en ciertos momentos.
Las personas distraídas pueden mejorar su atención y productividad
Si eres una persona distraída, te cuesta centrarte, prestar atención y mantener una rutina organizada, no te des por perdido. En lugar de acomodarte en el “yo soy así”, recuerda que puedes trabajar en mejorar tu atención.
Practicando la atención plena, manteniéndote libre de estrés y valiéndote de herramientas organizativas podrás ser más productivo y estar más presente en tus actividades cotidianas.