El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) ha publicado un informe en el que avisa de las consecuencias del envejecimiento de los trabajadores en algunos sectores. El organismo asegura que la falta de relevo generacional dificultará la cobertura de determinados puestos, tanto de empleados como de trabajadores por cuenta propia que mantengan vivos ciertos oficios.
El último informe de Tendencias del mercado de trabajo, que elabora el Observatorio de las Ocupaciones del SEPE, recoge los sectores de actividad que acumulan un mayor número de afiliados con una edad superior a los 60 años, mientras que otros cuentan con “mayores oportunidades” para reponer los puestos vacantes conforme se produzcan las jubilaciones.
En términos generales, según datos del observatorio, nuestro país presenta una de las tasas de natalidad más bajas de la Unión Europea, mientras que tiene la esperanza de vida más alta. Esto ha provocado que el índice de envejecimiento haya aumentado en 20 puntos desde el año 2024.
Estos resultados generan un contexto todavía más para que ciertos autónomos y empresarios encuentren relevo para su propia actividad. Y también para que cubran vacantes y consigan contratar a empleados que sustituyan a los trabajadores que se jubilan. Así sucede, por ejemplo, en el sector agrario o en el transporte de mercancías.
La agricultura o la industria textil, con cada vez más trabajadores mayores de 60 años
El SEPE también señala que durante la próxima década, ocho de cada diez empleos o vacantes generados serán a causa de la sustitución por jubilación. Un “reto económico y social”, con más incidencia en aquellos sectores y actividades económicas en las que se cuenta con mayor número de personas con edades superiores a los 60 años.
El documento apunta que durante 2024, el Régimen Especial del Hogar, el Régimen de Autónomos y el Sistema Especial Agrario (trabajadores por cuenta ajena del sector del campo) presentaron las tasas más elevadas de mayores de 60 años —con un 21,29 %, 17,11% y 13,53 %, en ese mismo orden—.
Asimismo, entre las actividades económicas y sectores con mayor número de personas afiliadas que superan los 60 años de edad, se recogen la agricultura y ganadería, los servicios a edificios y actividades de jardinería, las actividades inmobiliarias, y la industria textil, además de la Administración Pública.
Como consecuencia, el SEPE matiza que la falta de relevo dificultará la cobertura de vacantes, generando un aumento de la lucha por el talento, que se encuentra también perfilada por una necesidad de desarrollar mayores habilidades o determinadas competencias, como sucede en el aspecto digital.
El informe también recopila una serie de “ocupaciones en declive”, con un listado que se compone de agentes de viajes, conductores de autobuses y taxistas, libreros, o vendedores de periódicos y de imprentas, entre otros.
El sector agrario reclama mecanismos más efectivos para encontrar jóvenes
Según explicó a este medio Eva Marín, de Asaja, presidenta de Asaja Joven, en el caso de la agricultura, el sector está muy envejecido. Los últimos datos de la Comisión Europea apuntan a una edad media de 57 años en el territorio, con solo el 12% del sector por debajo de los 40 años.
“Siempre hacemos peticiones en materia de fiscalidad y que se favorezca que los jóvenes puedan heredar una explotación o acceder a la actividad de manera más fácil. En las familias en las que los jóvenes quieren continuar con la actividad, tienen que heredar, y, en ocasiones, en las comunidades autónomas donde no está bonificado el impuesto, se complica”.
También es poco habitual, como añadió Marín, que, al momento de acceder a la tierra, o de incorporarse, sea complejo por el lugar en que se sitúa o el número de animales que tiene la explotación. “Esto se acompaña de que, a los mayores, les cuesta jubilarse porque no tienen unas pensiones muy altas, por lo que no se retiran. Prefieren mantenerse al pie del cañón. Por lo que, echamos en falta mecanismos de transición, o bonificaciones, que faciliten el relevo”.
Desde el colectivo apuntan la necesidad de contar con ayudas directas o mecanismos que permitan a las personas mayores dar con jóvenes que puedan ocuparse de esa explotación en particular y continuar con la actividad.
A su vez, la Política Agraria Común (PAC) cuenta con incentivos a la incorporación de jóvenes y a la mejora, que aplican las comunidades autónomas y que también dan un soporte. Sin embargo, desde la asociación aseguran que, en la práctica, el acceso a las ayudas se dificulta enormemente debido a los trámites que se requieren.
“Si solicitas la incorporación, aunque te la concedan, la ayuda se cobra pasado el año, dos o, incluso, tres, porque hay que presentar mucha documentación. Entre unos factores y otros, en nuestro sector es muy difícil que alguien que no venga de una familia de agricultores o ganaderos se pueda incorporar a la actividad. También tenemos un sector que en cuanto a rentabilidad, normativa y burocracia, no es el más atractivo”.
