Más allá del eje Madrid-Barcelona, los autónomos emprendedores encuentran hoy alternativas regionales sólidas para arrancar, acelerar y financiar proyectos. La mesa celebrada ayer en Sevilla, en el ámbito del Al Andalus Innovation Venture 2025 lo dejó claro, con cinco modelos que funcionan: Andalucía Emprende, Instituto Gallego de Promoción Económica (Igape), Instituto Aragonés de Fomento (IAF), Wolaria (Castilla y León) y el soft-landing que ofrece Estonia.
La complementariedad entre redes territoriales, aceleradoras y vías de internacionalización dibuja un mapa mucho más rico del que suele creerse. No en vano, los responsables de estos polos coincidieron en Sevilla en la idea de sumar capacidades: capilaridad sobre el terreno, conexión con empresas tractoras y vías reales de acceso a inversión y mercados.
Así, Andalucía exhibe su red para llegar antes y mejor, Galicia combina polos de emprendimiento con aceleradoras verticales, Aragón pivota hacia la gobernanza y la colaboración público-privada, Wolaria acompaña a largo plazo y Estonia tiende puentes para operar en la UE con identidad digital estatal. El resultado es una fotografía en la que el origen importa menos que el encaje entre servicios, mentores y financiación.
El emprendimiento español no vive solo de las aceleradoras de Madrid y Barcelona
“Y luego, llegar al emprendimiento en edades muy tempranas”, subrayó Daniel Escacena Ortega, director general de Andalucía Emprende. “Algo que resulta es fundamental.” Cuanto antes se normaliza el contacto con referentes y se activa la curiosidad emprendedora, más fácil es que el talento no tenga que mudarse para prosperar.
Desde Aragón, Pedro Pardo García, responsable de Desarrollo e Innovación Empresarial en el IAF, fue directo al núcleo de su hoja de ruta. “Tenemos que trabajar con quien sabe hacer según qué cosas.” La idea de gobernanza compartida atraviesa la estrategia: identificar qué aporta cada agente y evitar duplicidades para que el ecosistema gane en velocidad y foco.
María Armendia Gómez, gestora de proyectos en Wolaria, puso el acento en el tejido de apoyo entre pares. “Y queremos también fomentar foros de encuentro entre ellos…”, explicó, aludiendo a su red de alumni como espacio en el que se comparten aprendizajes prácticos. El acompañamiento no termina con la promoción: el objetivo es que la comunidad se retroalimente y reduzca la soledad del emprendedor.
Por su parte, Isaac Miguel Rosón, director del Área de Innovación Empresarial del Igape, sintetizó la doble vía gallega: polos como puerta de entrada y aceleradoras especializadas para escalar. “No solamente son hubs de conexión, sino de trabajo. Ahí las cosas se tocan, innovación se hace.” Esa combinación de proximidad y especialización busca que cada proyecto encuentre el circuito adecuado a su madurez.
Guillermo Chávez García, responsable para España de e-Residency (Estonia), aportó la pieza internacional: programas de formación y una identidad digital estatal que permite crear y gestionar empresas a distancia en la UE. “Nuestra próxima edición seguramente va a ser en mayo”, dijo sobre Zero to Founder, un itinerario pensado para fundadores que quieren testear mercado y red en Tallin [su capital] sin fricciones innecesarias. La puerta estonia se ofrece como complemento, no como sustituto, del arraigo local.
Capilaridad, colaboración, aceleración, acompañamiento y puente internacional
Andalucía Emprende
Bajando al terreno, Andalucía Emprende articula la entrada al sistema a través de la red de Centros Andaluces de Emprendimiento (Cade), con asesoría, formación y alojamiento empresarial para fases iniciales. La prioridad, según Escacena, es “llegar a los municipios y evitar que el talento tenga que marcharse para recibir el mismo apoyo que obtendría en una capital”. La jornada Al Andalus Innovation Venture, celebrada en Sevilla, funciona aquí como escaparate del flujo de oportunidades de inversión andaluz y punto de encuentro con inversores.
Esa capilaridad convive con una agenda de trabajo que va del acompañamiento uno a uno a la educación emprendedora en edades tempranas. En la práctica, la red facilita aterrizajes rápidos, acceso a mentores y primeras conexiones con industria y centros de conocimiento de la comunidad. El enfoque permite que el autónomo o la micropyme comiencen con lo esencial sin perder semanas en trámites y orientación.
Instituto Gallego de Promoción Económica
Galicia, a través del Igape, dibuja un mapa en dos capas que se retroalimentan. La primera, los polos de emprendimiento, actúa como puerta de entrada para detectar proyectos y activar recursos locales. La segunda, la red de aceleradoras verticales –que ya incluye deporte y trabaja nuevas verticales sectoriales– conecta startups con empresas tractoras y mentores sectoriales para que el salto al mercado sea más rápido y medible.
A esa arquitectura se suman líneas de apoyo con calendario definido para inversión y salida al exterior. En 2025, por ejemplo, la convocatoria de inversión empresarial IG408A se programó hasta el 30 de septiembre, mientras que los instrumentos de internacionalización mantienen ventanas de acceso periódicas durante el año. Para autónomos y pymes, la previsibilidad de plazos y el acompañamiento en la tramitación marcan la diferencia entre presentarse o desistir.
Instituto Aragonés de Fomento
Aragón ha evolucionado desde la prestación de servicios dispersos hacia un modelo de gobernanza que coordina a los actores del ecosistema. El IAF y la Fundación Aragón Emprende operan como paraguas que ordena agendas, comparte datos y evita solapes, con eventos como la Semana del Emprendimiento como catalizador anual. La consigna de Pardo de “trabajar con quien sabe” se traduce en convenios con aceleradoras privadas y colaboraciones interregionales.
Otro rasgo diferencial es la proximidad al territorio con acciones que llevan recursos al medio rural sin obligar a los equipos a deslocalizarse. De la mentorización individual a la validación de modelos de negocio en comarcas concretas, el objetivo es que la iniciativa no se apague por falta de apoyos en la última milla. En paralelo, proyectos compartidos como Tecfaclab, en coordinación con otras comunidades, abren rutas para verticales tecnológicas.
Wolaria
La aceleradora pública del ICE de Castilla y León, reivindica un acompañamiento de largo recorrido y una comunidad que no se diluye al salir de la aceleradora. El trabajo se organiza en itinerarios personalizados con un seguimiento que continúa varios años para asegurar que los hitos se consolidan. El club de alumni funciona como lugar natural para encontrar socios, contrastar decisiones y destapar lecciones aprendidas.
El posicionamiento público de Wolaria se ha visto respaldado por su presencia recurrente en rankings europeos y por un historial acumulado de cientos de proyectos acelerados. Para los autónomos y las pymes la propuesta es nítida: acceso a mentores y a una red que ya ha pasado por los mismos tropiezos, con un foco pragmático en validación, ventas y primeras rondas. La marca regional suma además puertas de entrada a industria asentada en la comunidad.
Del titular a la práctica: cómo usar estos polos según cada fase y sector
¿Dónde encaja Estonia en este mapa que prioriza lo regional? Justo en el punto donde el proyecto exige operar a escala europea sin mover al equipo. La e-Residency permite constituir y gestionar una empresa en la UE de forma remota, lo que facilita facturar, contratar servicios y abrir cuentas dentro del mercado europeo manteniendo el día a día en España. Programas como Zero to Founder añaden aprendizaje práctico y acceso a red local, con nuevas ediciones en el calendario.
Para perfiles con producto B2B, deeptech o ambición internacional temprana, el puente estonio abre una vía para compatibilizar arraigo y expansión ordenada. No se trata de deslocalizar, sino de sumar un vehículo operativo que quite fricción en los primeros contratos internacionales y mejore la percepción de riesgo ante determinados inversores europeos. La clave es integrarlo en la estrategia, no convertirlo en un fin en sí mismo.
Volviendo a la base, todas las intervenciones de este coloquio del Al Andalus Innovation Venture 2025 subrayaron que ya no tiene sentido plantear el emprendimiento como una dicotomía centro-periferia. La infraestructura existe en las comunidades, la colaboración público-privada avanza, y hay rutas claras para dar el salto fuera cuando el negocio lo pide. La pregunta útil para el autónomo o la pyme no es dónde está el polo más grande, sino qué combinación de servicios y puertas encaja mejor con su etapa, su sector y su mercado.