Comencé mi carrera en KPMG en París, donde trabajé durante cinco años como auditor. Nací en Francia y me mudé a Singapur en 2014.
En total, pasé unos 15 años en el mundo empresarial en tres empresas diferentes. Hacia el final, en 2024, ganaba un sueldo de seis cifras como gerente en Grab.
Era bueno en mi trabajo, pero no excelente. Veía a mis compañeros subirse al tren adecuado y avanzar más rápido.
Me preguntaba constantemente: ¿En qué lugar puedo ir un paso más allá de ser simplemente bueno?
Apostando por el pádel y por mí mismo
Dejé atrás la oficina hace aproximadamente un año para fundar Pop Padel.
El pádel es conocido por ser uno de los deportes que más rápido está creciendo en el mundo entero. Es nuevo, fácil de practicar, se considera una actividad social y su barrera de entrada es mucho menor que, por ejemplo, la del tenis. Los partidos también son más cortos, lo que atrae más a la forma en que nuestra nueva generación consume el deporte.
Al ver cuánto ha crecido este deporte en otros países del mundo, en Europa y en Oriente Medio, no había razón para que no se popularizase en Asia.
Sin embargo, me pregunté: ¿era yo la persona adecuada para ello?
Mi experiencia en el tenis y mis conocimientos en la materia me daban ventaja. Era un riesgo que valía la pena correr, porque yo también soy aficionado a este deporte.
He jugado a deportes de raqueta toda mi vida, así que conozco el comportamiento de los jugadores y lo que les gusta cuando entran en un club.
Mis amigos y mi familia vieron auténtica pasión en mí y se fijaron en mi deseo de hacer crecer este deporte.
Me decían: «¿Cómo puedes dedicar tanto tiempo al tenis, no solo jugando, sino observando, memorizando todos los resultados, viendo todos los partidos, siguiendo todos los resultados nada más despertarte y no sacar provecho económico de ello?».
Fundar el club no fue fácil, pero la pasión vende
Tuvimos que hacer una gran ronda de recaudación de fondos. La mayoría de las veces, la gente no participaba.
Tuve que superar el desánimo y no tomarme como algo personal el hecho de que la gente decidiese no acompañarme en este viaje.
Tuvimos que preparar una presentación muy sólida con cifras contundentes y sensatas. Ahí es donde me ayudó mi experiencia como auditor y contable en KPMG.
Mi punto fuerte era mi experiencia y mis conocimientos en el mundo de los deportes de raqueta y mi capacidad para conectar a nivel mundial con los pioneros y líderes del sector. Conseguí crear una gran comunidad de jugadores aquí muy rápidamente. Creé un movimiento y ellos vieron lo sincero que era al hacerlo.
Algunos de los inversores incluso formaban parte de este grupo de jugadores. Vieron el trabajo duro, dieron un salto de fe e invirtieron.
Si investigas bien y muestras pasión y dedicación, la gente te seguirá.
Conseguimos una inversión de siete cifras por parte de Apricot Capital, una firma de inversión privada con sede en Singapur y, en septiembre, abrimos nuestro primer establecimiento fuera de Singapur, en Malasia.
El pádel es el nuevo golf para los ricos
El pádel es especialmente popular entre las personas con un alto poder adquisitivo. La gente dice que el pádel es el nuevo golf en términos de potencial para establecer contactos.
Como el espacio es más pequeño, cuando reservas una partida de dos horas, básicamente juegan cuatro personas juntas. Es un momento privilegiado que pasas con la persona con la que potencialmente quieres socializar o establecer contactos.
A las personas con un alto poder adquisitivo les gusta tener oportunidades para establecer contactos, pero me cuentan que están hartos de la forma tradicional de hacerlo: cenar, ir a eventos gastronómicos. Esas actividades siempre son un poco rígidas y tienen que preocuparse por cómo visten o qué imagen proyectan.
En el pádel, todo es natural, atrevido y auténtico. Sudamos muchísimo y no tenemos muy buen aspecto en la cancha. En este momento, la mayoría somos principiantes, lo que nos pone a todos en el mismo nivel.
Ver a la gente salir feliz de la pista supera cualquier triunfo empresarial
Cuando eres empresario, te levantas y te pones delante del ordenador. Antes de acostarme, me llevo el ordenador a la cama y sigo trabajando.
Cuando se trata de un proyecto que te importa tanto, no puedes pasar ni una o dos horas sin pensar en él.
Intento encontrar tiempo para jugar y participar en los partidos yo mismo. Para nuestros clientes, también es bueno que me vean. Me gusta pasar tiempo con ellos, conocerlos mejor.
Es gratificante porque hablamos de deporte, de hacer que la gente esté más sana y sea más feliz.
También es gratificante ver que todo lo que has concebido, en términos de entrenamiento, clases, programa y torneo, tiene una gran acogida social.
La gente sale de la pista con una sonrisa.
Cuando estaba en el mundo empresarial, mis planes eran los habituales: esperar a que tuviese lugar mi próximo ascenso. Sin embargo, eso era algo egocéntrico y egoísta.
Con este proyecto, mi ambición ha crecido mucho. Tengo la intención de hacer crecer la marca Pop Padel, pero me estoy dando cuenta de lo mucho que este deporte puede empoderar a las personas y tener un impacto positivo en ellas.
Traducido por: Ramón Armero.
