Según revela un estudio, bastantes miembros de la Generación Z consideran que trabajar como freelance es mejor que ir a la oficina de manera tradicional, y muchos de ellos están pensando en dar el salto más pronto que tarde.
¿Será esta la tendencia que marcará el futuro? Estas son las principales razones que se suelen dar.
Los jóvenes quieren ser freelance (y la tecnología ayuda)
Si algo tienen en común aquellos que pertenecen a la Generación Z es que, de alguna manera, han nacido con un ordenador (o un teléfono móvil) debajo del brazo. Es decir, que a diferencia de la gente que formaba parte de quintas anteriores, para ellos la tecnología no esconde demasiado secretos. O, al menos, está totalmente integrada en su día a día.
El manejo de la tecnología, aplicaciones y material necesarios es fundamental a la hora de poder llevar a cabo el trabajo de manera remota; por lo general, desde casa. A diferencia de lo que antes sucedía, ahora muchos trabajadores cuentan con las mismas herramientas en su domicilio de las que tienen en la oficina.
La influencia de las redes sociales
En opinión de muchos especialistas, el interés de los jóvenes por ser freelance también apunta a otro protagonista de los tiempos modernos, y un factor imprescindible para entender el comportamiento de la Generación Z: las redes sociales. Plataformas como Instagram no solo pueden ser una fuente de inspiración, sino que también ofrecen un contacto directo con la gente.
Es decir, con los “clientes potenciales”. Todo esto, en esencia, tiene una consecuencia muy clara. Según un estudio mostrado por Fiverr, casi el 70% de los miembros de la Generación Z consultados tienen planes para convertirse en freelance en el futuro. Se trata de estadísticas estadounidenses, pero quizá no resulte descabellado pensar en algo similar sucede en territorio europeo.
Autonomía y autogestión
Ser freelance también permite a muchos jóvenes tener un mayor grado de autonomía y control sobre su carrera profesional. En lugar de estar sujetos a las decisiones de un único jefe, tienen la capacidad de elegir los proyectos en los que desean trabajar, establecer sus propios precios o tomar decisiones sobre su futuro profesional.
Esto también puede provocar sus correspondientes dolores de cabeza o momentos de inestabilidad. Por lo general, cuanto mayor es la autonomía, más riesgos existen a la hora de tener que afrontar por ti mismo diversos imprevistos laborales.
Variedad profesional
Por otro lado, tampoco conviene obviar que el autoempleo ofrece a los jóvenes la oportunidad de desarrollar una amplia gama de habilidades profesionales en diversos campos, muchas veces compatibles y análogos unos con otros.
Al tratar con diversos clientes o jefes, los freelancers tienden a adquirir una experiencia más variada, a ser más resolutivos en distintos casos.
El sueño de ser freelance y viajar
Por supuesto, si hay una razón por la que cada vez hay más jóvenes aspirantes a autónomos, esa es vocacional. Anteponer el realizar un trabajo que les guste por encima del beneficio económico o de una carrera a largo plazo es más común cada día.
Además, esto último bien podría estar relacionado con la evidente inestabilidad que existe en el mercado laboral moderno. O también con el hecho de contar con horarios más flexibles que ofrezcan posibilidades de dar prioridad a una de las aficiones más de moda: viajar.
No es fácil saber el tipo de impacto que esta forma de pensar podría tener a largo plazo en términos de estabilidad. Por no hablar de que, pese a todo, ser freelance también tiene otros inconvenientes y problemas que a veces no se tienen en cuenta.