Poco a poco, las compras a través de Internet han ido consiguiendo un mayor protagonismo frente al consumo tradicional, el de ir a la tienda de toda la vida a hacerse con cualquier cosa. Sus ventajas resultan evidentes: es más cómodo, y permite comparar precios en el momento, por ejemplo. Pero quizá se trate de una tendencia que, después de todo, no dure para siempre.
Sobre todo porque da la impresión de que la generación Z no disfruta tanto de las compras online. Podría parecer una contradicción en sí mismo, teniendo en cuenta que la mayoría de los jóvenes son auténticos nativos digitales, como suele decirse ahora, pero los datos están ahí. Y la verdad es que no es la primera vez que sucede algo más o menos similar entre ellos.
Los jóvenes ahora van a las tiendas físicas
Solo en Estados Unidos, la generación Z representa un poder adquisitivo de 360 mil millones de dólares. ¿Y qué quiere decir esto exactamente? Pues que para cualquier negocio, estos jóvenes juegan un factor fundamental. El problema, no obstante, radica en que en muchos casos sus conductas parecen incomprensibles, al menos para un buen número de empresarios.
Prueba de ello son realidades como que existan cada vez más estudios e investigaciones que tienen el mismo fin: comprender qué se la pasa por la cabeza a los jóvenes; o que muchas compañías hayan directamente decidido ayudarse de influencers para conseguir un mayor acercamiento con la generación Z. Todo ello, sin entrar en lo distintos que algunos aseguran que son trabajando.
Pero si hay algo que parece incontestable, es que los miembros de la generación Z dan la espalda ocasionalmente a Internet y todo lo digital. Sin ir más lejos, son ellos quienes están promoviendo el regreso de los denominados “móviles tontos”, o quienes ahora parecen disfrutar de la fotografía de toda la vida (de la Polaroid al carrete), como demuestran las redes sociales.
Con las tiendas físicas, sucede algo similar. Cuando daba la impresión de que estas estaban condenadas, los jóvenes parecen apuntar en otra dirección. Como señalan algunos expertos, y contrariamente a la creencia de que esta generación evita las tiendas físicas, el 69% de los jóvenes de entre 18 y 24 años compra en establecimientos físicos al menos una vez por semana.
Una relación de amor odio con las tiendas físicas
¿Por qué muchos jóvenes prefieren las tiendas físicas a Internet? Para los especialistas, hay dos razones principales. La primera, la satisfacción inmediata (no tener que esperar a que llegue el envío), y la segunda, el componente social. Ir al centro comercial o directamente de tiendas es algo que practican muchos jóvenes como forma de ocio, al contrario que la gente de mayor edad.
Sin embargo, no todo son buenas noticias para las tiendas tradicionales. Aunque la generación Z sigue apostando por ella, los datos parecen demostrar que en no pocas ocasiones se marchan con las manos vacías, y no por dinero o falta de él: el 66% de los jóvenes no están dispuestos a esperar colas. Y es que, eso sí, la inmediatez parece fundamental para ellos.