Ester García Cosín, CEO de Havas Media Network, participó el pasado martes en una mesa redonda de la primera edición de CEO Talks Meeting, organizado por Business Insider España. La CEO de Havas Media Network compartió sus enseñanzas y las dificultades que ha encontrado en el camino hacia el puesto que ocupa en estos momentos.

Para ella, uno de los problemas que enfrenta siempre alguien que gestiona personas son lo que ella llama «ladrones del tiempo». «El problema no es a quién le dedicas tu tiempo, es quién te lo roba», defiende García Cosín, en una mesa redonda donde se habló de la gestión del talento en las empresas.

También se les llama «talento complicado», porque son personas que realizan una tarea importante en la empresa, pero generan un mal ambiente o porque requiere de un seguimiento que quita mucho tiempo a los jefes.

«Es importante entender el contexto, porque un profesional es más o menos complicado dependiendo de la situación en la que está, el contexto, sus mochilas pasadas, de dónde viene, el momento en el que está la empresa», explica la CEO de Havas Media Network.

Luego se refiere a los problemas personales que los empleados traen al trabajo y pueden afectar más o menos sus resultados. La labor de un líder no es entrometerse en la vida privada de sus empleados, y ayudarles en la medida de lo posible. «Hay veces que consideramos un poco más complejos, son maravillosos profesionales, pero son muy complejos porque tienen una vida muy compleja».

«Yo creo que antes de catalogar a un profesional de complejo hay que entender el contexto, y si pese a haber hecho todo eso el trabajador sigue siendo complejo, ya se pueden tomar otras medidas», defiende García Cosín.

El triángulo dramático de Karpman

La gente que entra en este triángulo es, para la CEO de Havas Media Network, de las más difíciles de gestionar dentro de una empresa. Una persona se queda atrapada en el triángulo dramático de Karpman cuando sus posiciones vitales en la empresa pasan continuamente por tres papeles: el de víctima (buscan seguridad y apoyo, utilizan la pena), el de perseguidor (busca controlar y cambiar al otro) y el de salvador (busca ser indispensable).

«Esas situaciones, que me he encontrado con algunas, me parecen complejísimas», cuenta García Cosín, que opina que ese tipo de personas tienen que ser manejadas por un psicólogo profesional, no por el jefe de turno que le toque en la empresa en la que trabaja.

Las generaciones no son tan importantes como los grupos

Las generaciones no generan tanta complejidad como las distintas comunidades que habitan las entrañas de una empresa cualquiera. «Los técnicos tienen su propia comunidad, los jefes son otra comunidad distinta», o los de ventas y esta comunidad se va uniendo. «Y estas comunidades sí se rigen por criterios diferentes, pero la generación es lo más difícil de gestionar».

«Para mí la solución es tener un marco de gestión de talento, y luego ya ver los casos más específicos, pero tener un marco basado en la equidad y en la justicia. Luego cada persona se desarrolla de una forma diferente y hay que saber responde a ese progreso».

Daniel Alonso Viña

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