Es probable que, en algún momento, hayas oído hablar de las autofacturas. Un documento contable muy similar a la factura ordinaria, pero que se diferencia de ella en aspectos concretos, así como en la forma de contabilizarlas.
Por eso, para evitarte problemas tributarios con la administración te contamos en qué casos se puede emitir una autofactura, quiénes pueden hacerlo y qué debes tener en cuenta a la hora de realizarla.
¿Qué es una autofactura?
En una factura ordinaria es el vendedor o prestador del servicio el encargado de emitirla. Sin embargo, una autofactura, también conocida como factura por el destinatario, es un documento fiscal elaborado directamente por el comprador. Se trata entonces de una prueba de que se ha realizado una compra de manera completamente legal.
La persona física o jurídica que realiza la compra de productos o servicios es la encargada de emitir la autofactura. No obstante, no todo el mundo puede autofacturar, sino que se deben cumplir una serie de requisitos para esta práctica.
¿En qué casos utilizar la autofactura?
La autofactura se realiza en casos muy puntuales. Y, por lo general, las actividades en las que se puede emitir son las detalladas a continuación. Eso sí, para poder emitirla, tanto Hacienda como del proveedor de los productos o servicios, deben estar informados.
- Entrega de materiales de reciclaje y la realización de tareas de reducción de agentes contaminantes.
- Compra de chatarra, materiales de desperdicio u oro de inversión.
- Cesiones de personal de obra previamente acordadas entre las partes.
- Recepción de servicios prestados por profesionales externos a la Unión Europea.
- Riders y repartidores que emplean este sistema para cobrar como autónomos.
- Entrega de bienes de inversión con autofactura, si el sujeto pasivo ha renunciado a la exención.
¿Quién puede autofacturar?
Los que están habilitados a autofacturar tienen que cumplir además con determinadas condiciones para poder hacerlo. En general, quienes emiten autofacturas son pequeñas empresas que trabajan para corporaciones de mayor tamaño que solicitan este modelo de autofactura a dichas compañías.
El motivo es que para las grandes empresas las autofacturas no suponen un gran esfuerzo administrativo, mientras que para las pequeñas organizaciones, son un importante alivio que les permite llegar a sus objetivos con mayor holgura.
¿Cómo se hace una autofactura?
Una autofactura está compuesta por los mismos elementos que una factura ordinaria. Aunque hay algunas particularidades a tener en cuenta, y son las siguientes.
- Obligatoriamente tiene que seguir una serie numérica distinta a las facturas ordinarias, ya que la forma de contabilizarlas es distinta.
- La factura debe incluir el nombre del empresario o profesional que realiza la operación.
- No debe emitirse bajo el nombre de autofactura, sino el de «Facturación (o factura) por el destinatario».
- El resto es igual a cuando se hacen facturas ordinarias.
¿Cómo se contabiliza una autofactura?
Es importante tener ordenada la contabilidad de este tipo de facturas para no incurrir en errores que impliquen problemas administrativos.
Como primer punto a tener en cuenta, el vendedor no tiene ningún tipo de obligación de repercutir IVA, por lo que esto no queda recogido en la autofactura.
En estos casos, la obligación de este Impuesto sobre el Valor Añadido la afronta el comprador, aunque hay que agregar un porcentaje pertinente como IVA soportado y, a la vez, registrarlo como IVA repercutido.
De esta forma la cantidad queda en un efecto neutro que, además, debe quedar reflejado en el modelo 303 y modelo 390 como operaciones de inversión del sujeto pasivo.