Ha sido un comienzo de año difícil para el personal de Google.
El gigante tecnológico se ha visto inmerso en la ola de despidos tecnológicos que recorre el sector. Los ejecutivos ya han despedido a más de 1.000 trabajadores este mes, y el consejero delegado Sundar Pichai ha comunicado al personal que se producirán más despidos este año, según The Verge.
Google calcula que tendrá que desembolsar 700 millones de dólares en indemnizaciones este trimestre, según los últimos resultados de Alphabet publicados el pasado martes. Las indemnizaciones y demás costes relacionados ascienden a 2.100 millones de dólares para 2023.
Como era de esperar, los recortes no han sentado nada bien entre los empleados que quedan en Google, y algunos han arremetido contra los «aburridos y aparentemente inocentes» líderes del gigante tecnológico.
Choque cultural
La empresa tecnológica, conocida desde hace tiempo por su cultura del trabajo y sus lujosas ventajas para los empleados, ha sido durante mucho tiempo uno de los lugares más deseados para trabajar.
Quizá por eso los googlers están tan molestos por esta nueva forma de hacer negocios. Aunque los recientes despidos no son los primeros en la historia de Google —el año pasado hizo un recorte del 6%—, sí indican que los días en que se trataba a los empleados como si fueran familia han terminado.
Ben Hardy, profesor de Comportamiento Organizativo de la London Business School, explica a Business Insider que, en gran parte, esto se debe a la ruptura de un contrato «no escrito» o «psicológico» que los empleados tienen con las empresas.
El acceso a diversas ventajas y una sensación de «seguridad psicológica» pueden no estar explícitamente recogidos en el contrato de un empleado, pero los trabajadores de Google han llegado a esperar estas cosas debido a la reputación de la empresa.
Hardy añade que la primera ronda de despidos incumplió este contrato no escrito con los empleados, pero los últimos recortes podrían haberlo cambiado para siempre.
«La razón por la que se lo están tomando más a pecho es que no lo ven como: ‘Google hace lo que Google tiene que hacer’. Para los empleados, se trata más de la idea de que quizá se hayan equivocado desde el principio en lo que refiere a esta empresa. Quizá no sea el lugar que pensaban que era», explica.
Consecuencias imprevistas
Es probable que Google siga reconfigurando su negocio para adaptarse a las demandas del mercado, lo que significa que una mentalidad laboral definida por rondas de despidos puede ser la nueva normalidad.
«Desde hace ya tiempo, Google ha sido considerada la mejor empresa por excelencia: todo el mundo quería trabajar en ella», explica a Business Insider Thomas Roulet, profesor de Sociología de las Organizaciones y Liderazgo en la Universidad de Cambridge. «Ahora, la situación ha cambiado, en parte debido al auge de la inteligencia artificial generativa, que está amenazando algunos de los principales negocios de Google«.
«Trabajar para Google ya no es tan sexy y emocionante como lo era antes, sobre todo si corres el riesgo de que te despidan en cualquier momento», sentencia
Los despidos y el cambio en la filosofía de Google podrían volverse en contra de la empresa en más de un sentido, causando problemas de retención y contratación, asegura Roulet.
«Si empiezas a despedir a gente, los que se quedan van a tener menos confianza. Están corriendo el riesgo de sabotear su propio modelo y perder a sus mejores empleados».
«No son meros robots»
Google ha creado un entorno de trabajo en el que sus empleados tienen voz y voto, y no temen hacerse oír.
Según Roulet, los empleados de Google también son excepcionales por esa autonomía. «No son meros robots, sino que tienen sus propias ideas sobre lo que la empresa debería hacer», afirma, aludiendo al largo historial de activismo interno de la empresa.
Más allá de la comida gratis y los viajes de esquí pagados para empleados, Google también se ha esforzado por fomentar la creatividad en los espacios de trabajo. Los efectos psicológicos de los continuos despidos también pueden afectar al modo en que los empleados desempeñan este.
«El espacio para crear e innovar está totalmente reñido con el riesgo de despidos. Los trabajadores no serán tan creativos y su forma de realizar el trabajo será más conservadora», afirma Roulet.
Google no ha respondido a la solicitud de comentarios de BI.