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Los centros de datos obligan a inversiones millonarias en energía

“No estoy a favor de cerrar las centrales nucleares en España, hacen falta para garantizar el suministro eléctrico en nuestro país”, aseguraba Ignacio Galán en Davos (Suiza) la semana pasada.

En contra del argumentario oficial del Gobierno, el presidente ejecutivo de Iberdrola, la mayor compañía eléctrica de nuestro país y líder mundial en renovables, se expresaba con una claridad meridiana respecto de las necesidades energéticas de nuestro país.

España y Bélgica son los únicos países de la UE que mantienen la cerrazón de cerrar las plantas nucleares condenando, en el caso de España, a nuestra industria y a la sociedad en general a un empobrecimiento sostenido en el tiempo.

“Los impuestos del Gobierno obligan a las compañías a cerrar las nucleares”, aseguran fuentes del sector, “por supuesto en contra de nuestra voluntad”, puntualizan.

Según un informe de PwC, la evolución de la carga fiscal al parque nuclear ha pasado del 15,56% en el año 2019 al 28,22% en 2025, esto implica una subida de impuestos del 71% por cada megavatio hora (MWh). La brutal subida en cinco años obliga a las empresas concesionarias a cerrar poniendo en serio peligro el suministro de energía en España en el corto y medio plazo.

La energía nuclear ha sido admitida por la UE y la Comisión Europea como energía limpia y renovable. 

De hecho, países como Francia están renovando su parque de centrales nucleares con unas más pequeñas y eficientes denominadas de nueva generación. La energía barata es la base del crecimiento económico de los países y la garantía de incremento de productividad. 

En el 2024, al menos dos veces se exigió a la gran industria, intensiva en consumo energético “parar motores” para que, cuando la población llegara a sus casas, pudiera darle al interruptor de la luz y funcionara.

El apagón industrial es un aviso clarísimo para navegantes cuando nos enfrentamos al mayor reto de todos: electrificar la economía sin fuentes que garanticen la sostenibilidad del suministro. 

En este sentido, es muy interesante la presentación que hacía hace unos días Pedro Machín en el comité ejecutivo de la CEOE sobre las perspectivas de Aragón en materia de electricidad renovable.

Amazon ya ha comenzado la inversión millonaria para su mayor centro de datos del sur de Europa, Stellantis ha confirmado que abordará en Zaragoza la mayor planta de fabricación de baterías de coches eléctricas e Inditex ampliará su centro logístico. A todo ello hay que sumar las inversiones de compañías tecnológicas líderes en España como Hiberus.

Según Machín, el 84% de la energía producida en Aragón ahora es renovable (datos 2023), 18M MWh de 22M MWh. Según los mismos datos, el 50% de la energía eléctrica de Aragón se exporta porque no se consume: 11M MWh se exportan y 11M se consumen (de 21,5M MWh producidos).

Y se espera que, en 2030, el consumo de Aragón aumentará más incluso que el sobrante actual que exporta Aragón. Está planificado triplicar la producción de electricidad sumando a los 22M actuales, otros 2M MWh eólicos y 14M MWh fotofoltaicos.

Como referencia el consumo actual de Aragón se multiplicará por 2,9 sólo con los anuncios de Amazon, Blackstone, Microsoft y Stellantis, aumentando en 20M MWh el consumo, si tenemos en cuenta que los data center de Amazon a pleno rendimiento son 10M de MWh, los centros de datos adicionales anunciados por Blackstone o Microsoft, entre otros, podrían ser otros 7,5MWh adicionales y la fábrica de baterías de Stellantis podrían ser otros 2M MWh adicionales.

Según los expertos, con esos números, más de la mitad de la electricidad que produzca Aragón en 2030 la consumirán los centros de datos. Hay que recordar que Aragón es una de las zonas estrella en materia de energías renovables por la cantidad de viento sostenido y lluvia… Si la situación es así en esta región española, la pregunta es obligada: ¿qué pasará en resto de España?